¿Cómo plantar chumberas?
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La chumbera, Opuntia ficus-indica, es una especie de cactus caracterizado por sus ramas planas y ovaladas (llamadas palas), y por sus flores grandes y coloridas. Originarias de América del Sur, estas plantas se han extendido por otras partes del mundo gracias a su resistencia y fácil adaptación a diferentes climas y suelos, especialmente, en zonas áridas y con poca pluviometría. En España se encuentra principalmente en Extremadura, en el sudeste peninsular, Andalucía, Baleares y Canarias.
El cultivo de la chumbera
Clima
La chumbera es una especie muy resistente a las altas temperaturas por lo que prefiere de climas templados-cálidos y con abundante insolación. Por ello, es importante tener en cuenta a la hora de plantar la chumbera, dónde se va a ubicar, asegurandonos de que la zona donde se plante esté bastaste expuesta al Sol. Además de ser resistente al calor, pudiendo soportar temperaturas cercanas a los 50C, también es muy resistente a la sequía, capaz de aguntar todo un verano sin apenas precipitaciones. Quizás habría que tener cuidado con las heladas, especialmente, si estas son continuadas, ya que podrían ocasionar daños irreversibles en las chumberas.
Suelo
En cuanto al suelo, la chumbera no es nada exigente y se podría cultivar en cualquier tipo de terreno, exceptuando aquellos terrenos arcillosos y húmedos. No tolera bien la humedad permanente, así que con el agua misma de las lluvias será suficiente.
Se podría abonar el suelo donde se vaya a realizar la plantación, aunque es algo opcional, ya que la chumbera no requiere de una tierra muy nutrida para su desarrollo.
Plantación de la chumbera: propagación por esquejes.
La propagación por esquejes es la manera más fácil de obtener chumberas debido a la gran facilidad de enraizamiento del esqueje, mientras que las semillas presentan un bajo poder germinativo.
Para la propagación por esquejes nos hará falta una pala de chumbera. Deberemos seleccionar una pala que no tenga daños en la superficie, que esté libre de hongos y parásitos, que tenga un color verde característico y que presente una buena consistencia. Teniendo en cuenta estos factores, con un cuchillo mismo podríamos cortar una pala de una chumbera y, a continuación, dejariamos la pala al aire libre durante un par de semanas, en una zona templada y bajo la sombra, de tal forma que vaya cicatrizando el corte que le habíamos hecho para separar la pala de la chumbera.
En cuanto a la preparación del terreno es mínima y consiste en abrir el surco o el casillero donde vamos a colocar nuestra pala de chumbera. Las palas se colocan en posición vertical, con su herida cicatrizada hacia abajo, enterrándolas aproximadamente 2/3 de su
longitud.
